1 de Febrero de 2007, La Voz de Galicia
La nicotina insecticida
La nicotina aporta derivados para controlar plagas de insectos. La dosis del cigarrillo, que apenas sirve para estimular a un humano durante unos instantes, resulta letal en insectos. Así presentada, la malsana sustancia que engancha al tabaquismo podría rehabilitarse al servicio de la sociedad. Aparente final feliz que esconde sin embargo una compleja trama.
Las propiedades insecticidas de la nicotina se conocen al menos desde el siglo XVIII y es probable que en la milenaria cultura americana espantase molestos mosquitos del mato. Se ha comprobado su idoneidad para alterar el sistema nervioso de insectos que devoran maizales, frutales o succionan la savia de árboles como el eucalipto.
La nicotina sobreexcita, convulsiona, paraliza y mata pulgones de la huerta pero, al tiempo, elimina las abejas y otros polinizadores necesarios en la agricultura. Este problema se denunció en Galicia, aunque la guerra con la industria química en torno a los plaguicidas estalló hace años en Francia.
Tras un balance de 90.000 millones de abejas muertas en diez años, al parecer por culpa de los pesticidas, un juez galo procesó a las cúpulas de las multinacionales Bayer y BASF por vender „productos agrícolas tóxicos dañinos para la salud del hombre o de los animales“, prohibiendo cautelarmente para determinados usos dos de sus productos. Uno de ellos, el Imidacloprid, es un derivado de la nicotina que actúa sobre el sistema nervioso central de los insectos, bloqueándolos de tal forma que las abejas al ingerir néctar contaminado pierden la memoria, no son capaces de volver a la colmena y mueren.
El Imidacloprid, unas 10.000 veces a más potente que la propia nicotina y principio activo del pesticida Gaucho, se utilizaba para acabar con el pulgón y la mosca blanca, o para tratar simientes de patatas, maíz y legumbres. Otro neonicotinoide con base en el Imidacloprid, el Confidor, llegó a Galicia para fumigar los eucaliptos frente a la plaga del goníptero. Apicultores ferrolanos, en zonas de eucaliptales del litoral, denunciaron la masiva muerte de colmenas y creen que la causa es la toxicidad del polen.
Apicultores y ecologistas
Algunas teorías apuntan a que las denuncias sobre los insecticidas esconden una campaña de apicultores y ecologistas, que defienden lo natural frente a lo artificial ideado por la industria. Las multinacionales perdieron sus juicios en Francia. Ahora BASF acaba de lanzar en España un neonicotinoide de segunda generación, el Gazel, que califica de „inteligente“ pues „respeta los insectos beneficiosos, incluidos abejas y abejorros“. Dice que mata moscas blancas, pulgones y orugas, y es moderadamente inocuo con adultos y larvas como la mariquita, gran depredador de pulgones, como el Stethorus puctum. (Xavier Lombardero)