04 de diciembre de 2007, La Estrella (Panama)
¿Si es Bayer…, es bueno?
„Si es Bayer, es bueno“, reza un anuncio publicitario. Además, la aspirina de Bayer es probablemente uno de los mejores medicamentos del armamentarium médico. Hemos aprendido a confiar en los productos Bayer. Pero he aquí que en las informaciones diarias de Medscape, navegando en la Red, me encuentro que con el afán de mantener una nueva droga en el mercado la mencionada compañía farmacéutica ha retenido información crítica ante el Food and Drug Administration (FDA).
Poco tiempo después de aprobada la droga Trasylol (Aprotinin) de Bayer por FDA, su comité consejero en asuntos cardiovasculares se volvió a reunir el 21 de septiembre pasado para discutir que trascendió que Bayer había intencionalmente omitido resultados adversos a la droga probada en pacientes que al tomarla aumentaron significantemente su riesgo de insuficiencia renal, cardíaca, accidentes cerebro vasculares y muerte. La droga, para pacientes sometidos a cirugía de bypass coronario, no fue retirada del mercado. Se amonestó con disgusto a Bayer, se le obligó a advertir a los usuarios de los peligros de la droga, y punto final.
Los médicos que ejercemos la medicina no somos investigadores. Dependemos de la integridad de las investigaciones médicas, realizadas por universidades y laboratorios. Si no confiamos en la ética de las corporaciones investigadoras estamos ante el gran dilema de recetar o no medicamentos nuevos que prometen maravillas, pero que después resulten ser más peligrosas que la enfermedad. Estamos ante una ola creciente de escepticismo, porque todos los valores están trastocados; no podemos confiar en altruismos. El dinero es el poderoso motor que rige los destinos de la humanidad.
En este caso de Bayer, el Dr. John Teerlink, de la Universidad de California le dijo a periodistas del New York Times que el incidente le hará daño significativo a la corporación. Tienen un problema económico y de reputación. Mi problema moral es cómo evitar que la droga haga daño a las personas. Me siento… impotente. Ni siquiera soy cirujano cardiovascular. Lo que se me ha ocurrido hacer es precisamente lo que estoy haciendo: informar.
Roderick Esquivel -El autor es médico.