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México

Greenpeace, 10 noviembre 2004

Agroindustriales intentan sabotear el informe de la CCA

D.F., México — Con el único fin de salvaguardar sus intereses comerciales, agrupaciones de empresas transnacionales y mexicanas, entre las que destaca Agrobio (que congrega a Monsanto, Dupont, Bayer, Syngenta y Dow Agroscience), están enviando cartas a los diputados en las que intentan descalificar el estudio „Maíz y biodiversidad. Efectos del maíz transgénico en México“, elaborado por la Comisión para la Cooperación Ambiental del TLC.

Greenpeace ha tenido acceso a una carta dirigida a diputados firmada por representantes de Agrobio, la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Consejo Nacional Agropecuario, Consejo Nacional para el Abasto de Granos y Oleaginosas (Conago), Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo A.C. (Conmexico), Cámara Nacional del Maíz Industrializado (Canami), AgroBIO México, A.C., Asociación de Proveedores de Productos Agropecuarios de México, A.C. (Appamex) y la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (Antad). En ella se asegura que el estudio de la CCA „se extralimita en relación a su propósito original y es inconsistente a todas luces en cuanto a los hallazgos de los estudios y sus recomendaciones, algunas de las cuales resultan abiertamente en contra del desarrollo nacional y de los acuerdos y tratados internacionales de los que México es parte“.

Los industriales aseguran que recomendaciones como el fortalecimiento de la moratoria al cultivo comercial de maíz transgénico (al que llaman genéticamente „mejorado“) incorporaría „un factor más de desventaja para el campo y la industria nacional, condenándolos con ello al rezago productivo“.
Esto fue cuestionado por Areli Carreón, coordinadora de la campaña de consumidores de Greenpeace. „El rezago productivo es resultado de la falta de políticas adecuadas al campo, incluyendo el permitir la entrada de maíz transgénico a México y el retiro de apoyos agrícolas gracias al cual los campesinos mexicanos enfrentan una competencia desleal de sus homólogos en Estados Unidos que gozan de múltiples subsidios para el cultivo del maíz en su país“, afirmó.

Peor aún, las corporaciones firmantes de la carta manifestan que el etiquetado de transgénicos y la minimización de importaciones de maíz transgénico vivo constituyen medidas „discriminatorias restrictivas del comercio“ y que „carecen de un fundamento técnico y científico“. Los industriales también se pronuncian „en contra de la posibilidad de modificar la minuta de Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados, a la luz de estas recomendaciones“.
Estas transnacionales, que dicen representar a „toda la cadena agroalimentaria“ nacional, están presionando a los legisladores para que no incluyan las recomendaciones de los científicos que buscan proteger la biodiversidad, a los campesinos y a los consumidores mexicanos. La realidad es que el informe de la CCA es el estudio más importante y más riguroso hecho en el mundo sobre los impactos de los organismos transgénicos en un centro de diversidad.

„De hecho, la industria estuvo fuertemente representada en el grupo asesor que elaboró la investigación (participaron José Luis Solleiro, Andrew Baum, Luis Herrera-Estrella, Peter Raven, Áriel Alvarez y Don Doering, entre otros). De hecho, José Luis Solleiro, director técnico de Agrobio, revisó seis de los diez capítulos del informe, más que cualquier otro integrante del consejo asesor. Si el informe es contundente en cuanto a sus conclusiones esto se debe a la honestidad y al rigor de algunos de los científicos que participaron en su elaboración (por ejemplo, el doctor José Sarukhán)“, dijo Carreón.

Agoreros del desastre
Con dramatismo, las empresas aseguran que si se aplican las recomendaciones del informe enfrentaremos pérdida de empleos, incremento en el déficit de producción de maíz, dependencia a las importaciones de alimentos, impactos en la canasta de consumo popular, importación de bienes con valor agregado en detrimento de la industria nacional, dificultades en el control de calidad del grano, disminución del nivel de competitividad en ese sector agroindustrial, incremento en el gasto de alimentos básicos, aparición de potentes micotoxinas ante la molienda del grano y su reducción de vida en anaquel…

La realidad es que esos problemas los estamos enfrentando precisamente con las actuales políticas para el campo. Por supuesto, el ejemplo más dramático de esto es que debido a la importación de millones de toneladas de maíz transgénico mezclado con convencional a precio dumping cada año miles campesinos mexicanos son expulsados del campo.

„Otra mentira de los industriales es que etiquetar los transgénicos elevaría el costo final al consumidor hasta en un 30%. La realidad es que la experiencia de la Unión Europea, Japón y otros mercados demuestra fehacientemente que el etiquetado obligatorio NO incrementa los precios al consumidor. Además, los ciudadanos tenemos derecho a saber qué es lo que contienen nuestros alimentos“, dijo Carreón.

Si los industriales quieren mantener la competitividad de sus empresas y ayudar al país, lo que tienen que hacer es comprar maíz no transgénico preferentemente nacional, agregó.

„Llamamos a los legisladores a no ceder a estas presiones de la industria y a elaborar una ley que considere a todos los mexicanos, que realmente sea de bioseguridad y no de promoción de transgénicos y que realmente proteja al maíz“, señaló María Colín, asesora legal de la campaña de ingeniería genética de Greenpeace México.

¿A quiénes representan?
Agrobio México es la asociación para „crear un ambiente favorable“ a los transgénicos formada por Bayer, Dupont, Monsanto, DowAgrosciences y Syngenta, principales transnacionales creadoras de esta tecnología.

CONMEXICO representa a 41compañías productoras de alimentos y bebidas en México y esta íntimamente ligada con empresas de Estados Unidos y Canadá, entre las que destacan Bacardí, Maseca, Barcel, Bimbo, Cervecería Cuauhtémoc, Coca Cola, La Costeña, Danone, Alpura, Jumex, Herdez, Gamesa, Kellogg‚s, Sabritas, Sygma y Unilever, entre otras. La preside el exdiputado Enrique de la Madrid Cordero, hijo del expresidente Miguel de la Madrid.

ANTAD representa a 100 cadenas de tiendas (47 de autoservicio, 18 departamentales y 15 especializadas). ANTAD colabora en forma constante con organismos cúpula como CANACO, CCE, COPARMEX y CONCAMIN.

Consejo Nacional Agropecuario, el organismo que agrupa a 56 empresas socias de agroindustriales y prestadores de servicios agrícolas como Arancia, Alpura, Bachoco, Chilchota Alimentos, Cigarrera La Moderna, Del Monte, Domecq, Savia, Gruma, Bimbo, Grupo Campi, Matacapán Tabacos, Minsa, Grupo Viz, Hérdez, Jugos del Valle, Lala, Nestlé, Pilgrim‘s Pride, Sigma Alimentos y Tyson de México, entre otras.