Por otra parte este veneno actúa inhibiendo el sistema parasimpático…, „28
Este resumen está acompañado por una pequeña carta fechada el 5 de febrero de 1982:
“A los Sres. Médicos que se ocupan del tratamiento del Síndrome Tóxico:
Queridos amigos:
Con mi amigo Galisteo les envío una fotocopia de mi hipótesis y mi tratamiento del Síndrome Tóxico. Pensaba que hacía tiempo que lo conocíais. Estoy a vuestra entera (S. 72) disposición para cualquier duda que podáis tener. Un cordial saludo a todos vosotros,
Luis Sánchez-Monge.„
Por lo visto no había ninguna duda. El Sr. Galisteo es echado por este Hospital descortesmente junto con la carta y la fotocopia del tratamiento.
La descripción del tratamiento de Sánchez-Monge acaba así: “Creo que merece investigar todo lo expuesto para que estos enfermos puedan curarse o aliviar sus sufrimientos„. Evidentemente, el Dr. Sánchez-Monge tenía en su mente el juramento de Hipócrates…
Sánchez-Monge tambien explica su teoria a su jefe militar cuando le entrega una fotocopia de su resumen. El general se limita a mover la cabeza, coger. los papeles y meterlos en el cajón de su escritorio.
El Doctor Luis Frontela, Catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Sevilla se ocupaba también de la misteriosa enfermedad desde hacía años. Este médico califica la hipótesis del aceite “absurda y fuera de toda lógica científica„. Y a pesar de que sus colegas europeos consideran su instituto como el más avanzado y progresista de Europa, solamente “se puede comparar con los americanos„, han escrito en el libro de oro de la Universidad de Sevilla en un Congreso, las investigaciones del Doctor Frontela son descalificadas en España como no-científicas, o son boicoteadas sin más.
Al principio, el profesor Frontela había dicho que los causantes del Síndrome Tóxico podrian ser metales pesados, a lo mejor las sartenes tendrian la culpa. Después de un análisis más detallado de los síntomas descritos por otros médicos, el Doctor Frontela concluye que debe tratarse de una intoxicación por pesticidas. En noviembre de 1984 hace pública esta sospecha.
El abogado José Merino le habia pedido un estudio com- (S. 73)
paratlvo para, flnalmente, descubrir clara e inequívocamente si su mujer María Concepción Navarro había muerto por el Síndrome Tóxico o ?to. La Sra. Navarro, abogado como su marido, enfermó ya a finales de 1980. En mayo de 1981 los médicos afirmaron que la Sra. Navarro sufría una “neumonía atípica„. Hasta su muerte el 24 de agosto de 1982 niega vehementemente haber consumido jamás otro aceite aparte de las mejores marcas de aceite de oliva de España. A pesar de estas afirmaciones tiene el número 28/81473 del censo oficial de las víctimas del aceite supuestamente tóxico.
En entrevistas con los medios de comunicación y cartas a la Comisión Permanente para la Coordinación de las Actividades Científicas que se fundó en el verano de 1981 y que más tarde se convirtió en Plan Nacional del Síndrome Tóxico no se cansa de repetir una y otra vez que nunca tomó ningun aceite supuestamente tóxico aunque tenga los síntomas de esta enfermedad. Así que, en su caso, el aceite fraudulento no puede tener nada que ver con su enfermedad.
Como abogada y mujer inteligente plensa que es su deber luchar para aclarar el orígen de esta enfermedad de masas. Espera poder ayudar con sus afirmaciones a otros enfermos, a aquellos enfermos que en su mayoría pertenecen a una clase social no exactamente acomodada. La Sra. Navarro no tiene ningún éxito. Después de su muerte, el gobierno español sale vencedor del duelo con la abogada fallecida. Contra la voluntad de su marido, su cadáver es sometido a autopsia: “María Concepción Navarro murió de muerte natural.„ En el informe puede leerse: “Una neumonía grave en los dos lados y probablemente una hemorragia grave en el intestino„. La causa de la muerte es, según este informe: “Fallo agudo de los pulmones .„
Los políticos reciben este resultado con gran satisfacción. Con él la teoría del aceite ha sobrevivido intacta a los ataques de la abogada luchadora, hasta el momento en que Frontela afirma todo lo contrario.
Frontela compara los informes de autopsias de 98 personas fallecidas con el de la abogada muerta. Llega a la conclusión (S. 74)
de que ha muerto a causa de la misma enfermedad que el resto de los afectados por el Síndrome Tóxico, y escribe: “No puede admitirse que sean las anilinas el tóxico causante de estas muertes„. Acto seguido lo explica de la siguiente forma: “Si tenemos en cuenta que la intoxicación aguda por anilinas se manifiesta por hemolisis, Sangre „color chocolate“, altas cifras de metahemoglobina, piel y mucosas de color violáceo entre otros múltiples hallazgos, ninguno de los cuales presentaban los fallecidos por el denominado Síndrome Tóxico, entonces carece de fundamento el achacar el Síndrome Tóxico a las anilinas o anilidas„.29
El hecho de que todavía muchísimas personas, entre ellos científicos serios, piensen que se haya probado que el aceite fraudulento sea la causa de la enfermedad lo explica con claridad un periodista canadiense como un “error lógico„:
“Es un hecho innegable que gente que habitualmente lleva cerillas consigo tiene un mayor riesgo de morirse por cáncer de pulmón que quienes no Ilevan cerillas. Los primeros son con gran probabilidad fumadores, pero esto no es ninguna prueba de que el llevar cerillas encima causa cáncer de pulmón„.3° (S. 75)
VI LA BASE AMERICANA DE TORREJON
El niño Jaime Vaquero de ocho años es, oficialmente, la primera víctima de esta epidemia. Venía de Torrejón, una pequeña ciudad a treinta kilómetros de Madrid. Allí las Fuerzas Aéreas americanas tienen una importante base en la que se encuentran 48 aviones del tipo F-16.‚ Ya antes del comienzo del Síndrome Tóxico se sucedían las especulaciones sobre esta base militar.
Desde principios de mayo de 1981, aparecen noticias de que la epidemia ha sido causada por un accidente con armas bacteriológicas. El 30 de abril de 1981, vecinos de la base detectan en ella unos “actividades inusuales„. El periódico “Diario 16„ especula que allí se almacenan granadas bacteriológicas, seguramente una de ellas explotó; otros periódicos repiten la noticia.2
La Embajada de los EEUU lo desmiente en repetidas ocasiones, primero el 13 y luego el 21 de mayo. Además niegan categóricamente que hayan casos del Síndrome Tóxico en la base. La Embajada de los EEUU en Madrid pregunta cínicamente: “¿Realmente creen los españoles que nosotros (los EEUU) tenemos una bomba bacteriológica tan mala que solamente puede causar una epidemia tan pequeña?„.
Pero el mismo día la oficina madrileña de la agencia de noticias REUTERS informa: “A pesar de todo esto, personal de la embajada americana dijo hoy que un americano, el primer extranjero afectado por esta enfermedad, ha sido ingresado en un hospital en Zaragoza. Gery Gibson, el hijo de 16 años de un miembro de las Fuerzas Armadas, destinado en la base de Zaragoza, se encuentra ya mejor. El lunes se había (S. 76) sentido enfermo después de haber pasado el fin de semana con el equipo de fútbol de su colegio en la base de Torrejón„. Es obvio que en fermó allí.
Y es en este momento cuando la OMS hace oir su voz. Sin conocer el causante de la enfermedad (¿O es posible que lo conocieran?) dice que todo está en orden. De este modo ayuda activamente al gobierno español. El 20 de mayo, la OMS había mandado un telegrama a todos los estados miembros en el cual dice: “No hay ninguna razón para cambiar los planes de viaje hacia España„. El ministro de Sanidad lo lee en su rueda de prensa con gran satisfacción.3
Se temía que el escándalo del Síndrome Tóxico sembrara el pánico entre los veraneantes que tenían programadas sus vacaciones en España, lo que hubiera afectado en gran manera a la primera industria española, el turismo.
Pero la agencia de noticias soviética TASS parece estar mejor informada sobre el trasfondo de este asunto. El corresponsal de la agencia REUTERS envia el siguiente flash: “La agencia oficial de noticias soviética dice que la OMS está muy preocupada de que la enfermedad hubiera podido originarse en la base de Torrejón. TASS insinúa que los EEUU no han cumplido el pacto de 1972 sobre el fin de las armas bacteriológicas y que estas inflamaciones pulmonares son causadas por material de agentes bacteriológicos escapado en un accidente. La OMS ha negado este particular y la Embajada Americana ha desmentido enérgicamente esta información (…) El portavoz de la Embajada Americana, Guy Farmer, dijo que estas acusaciones de TASS están en el mejor estilo de la Propaganda soviética. Siguió diciendo que todas las armas bactereológicas americanas fueron destruidas en 1973„.4
A pesar de estas palabras nadie tiene la seguridad de que esto sea así. El periódico madrileño “El País„ descubrió que ya en 1979, el sargento Marcelo Pérez, de 26 años, murió en esta misma base de una enfermedad misteriosa cuyos sintomas eran idénticos a los del Síndrome Tóxico. Poco después murieron otros dos americanos de la Base. “El País„ piensa que el hecho de que Pérez y los otros dos soldados hubieran (S. 77) trabajado con aviones que habían tomado parte en operaciones con armas bacteriológicas y químicas en Vietnam es especialmente importante.
Los médicos no han podido encontrar ningún gérmen, ni ningún virus en la sangre, la orina o las heces de los enfermos del Síndrome Tóxico. Pero esto tiene poca importancia. Tampoco el causante del SIDA se descubrió hasta muchos años después de la primera muerte por esta enfermedad y para ello hizo falta un gran esfuerzo investigador en muchos países de todo el mundo. Un esfuerzo frente al cual el dinero para investigación para la búsqueda de la causa del Síndrome Tóxico resulta francamente modesto.
La agencia de prensa NOVOSTI relata más casos de enfermedad con unos detalles extraordinarios: “en el verano de 1983 comenzó una epidemia de neumonía atípica durante las maniobras militares en la base de San Gregorio cerca de Zaragoza.
De esta enfermedad murieron el General José Cruz Requejo y el coronel Ramón Rodríguez, además de varios oficiales más cuyos nombres no se difundieron. Numerosos militares tuvieron que ser hospitalizados. La epidemia se extendió a la población civil. Por parte oficial se comunicó que en todos los casos se trataba de la enfermedad de la legionela. Como se sabe, en la región de San Gregorio, cerca de Zaragoza, se encuentra otra base de la Fuérza Aérea de los EEUU.
Los síntomas de la enfermedad que empezó en mayo de 1981 en una ciudad cercana a Madrid y los síntomas de los militares españoles en la regíón de Zaragoza y que más tarde se extendió a la población civil eran muy similares. En ambos casos las vías respiratorias estaban gravemente afectadas (…). Desde Fort Detrick (Maryland) se enviaron especialistas a Torrejón de Ardoz. El mando de la base nunca hizo pública la causa de las muertes de los mílitares. No fue permitida la entrada a los médicos españoles para hacer su propio diagnóstico„.5
¿Es posible que el Síndrome Tóxico fuera causado por armas biológicas? A primera vista existen algunos indicios que (S. 78) apoyan esta hipótesis. Hace mucho tiempo que los militares experimentan con diversos agentes que pueden causar todo tipo de enfermedades. Ya en la edad media fueron usados como armas:
En 1346, contingentes del ejército turco sitiaron el puerto de Kaffa en el Mar Negro, (actualmente llamado Feodosia). Catapultaban cadáveres de personas muertas por la peste dentro de la fortaleza. Los asustados defensores se fugaban a su Génova natal y, lógicamente, llevaban la enfermedad consigo. La epidemia de la peste que luego devastó a Europa entre los años 1348 hasta 1352 causó la muerte de unos 25 millones de personas. Esto representaba entonces la tercera parte de toda la población del continente europeo.
Al comenzar la Segunda Guerra Mundial, el gobierno británico se asustó por ciertas informaciones secretas que afirmaban que el gobierno de la Alemania fascista estaba trabajando intensamente en el desarrollo de armas bacteriológicas. Acto seguido, los británicos, bajo el liderazgo de Winston Churchill, ordenaron a un grupo de científicos que prepararan la producción propia de armas bacteriológicas. Los expertos encontraron que el causante de la esplenitis (bacilus anthracis) era el apropiado.
En Gruinard, una isla rocosa de Escocia, se hizo un experimento con ovejas. Los sesenta animales del experimento murieron según estaba planeado. La pequeña isla aún está contaminada con las bacterias peligrosas. Nadie sabe cómo eliminarlas del suelo en el cual se han instalado. Un problema que no solamente se plantea con este tipo de agentes, sino también en la diseminación de otras bacterias y de cualquier tipo de virus.
Este hecho no era ningún obstáculo para que el gobierno de los EEUU dedicara dinero y científicos al desarrollo de armas biológicas. Incluso se permitió a unidades especiales del ejército hacer experimentos con personas bajo el secreto más absoluto, naturalmente. En 1950, un dragaminas de la marina norteamericana esparció en la bahía de San Francisco una mezcla de gases con agentes para causar enfermedades. La (S. 79) expansión de la nube les proporcionaría información sobre el efecto y la posibilidad controlar un ataque con armas biológicas. Durante varios días, 800.000 habitantes estuvieron bajo los efectos de una nube tóxica con bacterias. Este experimento causó muchas víctimas afectadas por una extraña neumonía, entre las cuales se contaron numerosas muertes.6
En 1955, un experimento secreto con armas biológicas en las cercanías de Tampa (Florida) costó la vida a 12 personas. También ellas murieron de una forma extraña de infección pulmonar.
Y finalmente entre el 10 y el 16 de junio de 1966 científicos del ejército de los EEUU espolvorearon bacterias “inócuas„ sobre los pasajeros del metro de Nueva York. En un informe del ejército se habla de los metros como buenos objetivos para “ataques biológicos secretos„. Este informe dice que también existen sistemas de metro en la Unión Soviética, en Europa y Latinoamérica. Según se desprende de esta información, estos experimentos no se hacían para mostrar la vulnerabilidad de esta forma de transporte frente a las armas biológicas secretas, sino para experimentar “métodos para la expansión de armas que se podrían emplear de forma ofensiva„.7
La convención internacional de 1975, ratificada por los EEUU, la URSS y, hasta ahora, unos 101 países, prohibe el desarrollo, la producción y el almacenamiento de armas biológicas y de otros venenos varios. Estas toxinas son venenos producidos por microorganismos; los firmantes de esta convención acuerdan destruir las existencias de estos microorganismos que podrían ser utilizados en ataques militares, inclusive sus posibles contenedores para transportarlos.
Contrariamente a este acuerdo, el ejército de los EEUU mantiene todavía algunos laboratorios para la investigación de armas biológicas. De esto se enteró la “Fundación para Tendencias Económicas„. Esta fundación americana había solicitado a los científicos que les explicaran sus proyectos de investigación que atentaban contra esta prohibición de las armas biológicas. Prometían además apoyo financiero si el comunicante perdía su puesto de trabajo. (S. 80)
El doctor Neil Levitt del Instituto de Investigación Médica para Enfermedades Contagiosas del Ejército de los EEUU respondió a esta pregunta. Informó que en 1981 desaparecieron de su laboratorio 2,352 mililitros de una suspensión nutritiva con el virus Chikungunya. El experto en armas biológicas explicó que con esta cantidad tan ínfima se podría “contagiar a toda la humanidad varias veces con una fiebre tropical„. Según sus informaciones, los laboratorios tambien experimentaban con agentes que podían causar la fiebre amarilla, el cólera, la peste y otras enfermedades.8
El laboratorio para armas bacteriológicas, Fort Detrick, se encuentra en el Estado Federal de Maryland. En los años cincuenta, alli se creaban, por ejemplo, mosquitos infectados con fiebre amarilla y de ahí venían los expertos que en el verano de 1983 se desplazaron también a Torrejón de Ardoz después de examinar en San Ggregorio, cerca de Zaragoza, los casos de neumonía atípica acontecidos durante unas maniobras militares.
¿Es posible que se trate de una casualidad? A pesar de todo esto, la teoría de que la enfermedad masiva de 1981 se basa en un accidente con agentes de enfermedades biológicas no tiene pies ni cabeza. Para unos ataques militares las únicas granadas y bombas apropiadas son los de los microorganismos que entran en el cuerpo por vía respiratoria.
Si realmente hubiera habido un accidente en Torrejón con una granada con virus o bacterias, en la vecindad inmediata hubieran habido muchos más enfermos. Estas personas infectadas hubieran contagiado la enfermedad a otras. Colegios, cuarteles y universidades hubieran sido el cultivo ideal para la epidemia, pero no lo fueron. En estos lugares había pocos casos, mientras que, por otra parte, en una misma familia se registran varios afectados. La extensión de la epidemia del Síndrome Tóxico no puede, pues, explicarse por una afectación por vía respiratoria.
¿Y si fuera un accidente con un contenedor de organismos destinados a intoxicar alimentos o el agua potable, cosas que realmente se hubieran ingerido por vía digestiva? Entonces los (S. 81) campos alrededor de la base americana hubieran sido contaminados. Pero alli donde empezó la epidemia en abril de 1981, ni las frutas ni las verduras estaban maduras; tendrian que pasar todavia varios meses para su cosecha. La aparición en forma de “mosaico„ de los pacientes del Sindrome Tóxico a una distancia de muchos cientos de km. de la base americana no puede explicarse con esta teoria.
Pero hay otra posible causa para esta enfermedad que puede ser más probable. En el pasado ya se han dado casos de enfermedades parecidas al Sindrome Tóxico. Pero tanto los expertos como los politicos han preferido no darse por enterados.
Uno de estos casos se descubrió hace ahora unos 20 añios:9y10 EI 16 de febrero de 1969 murió Helena Bisa, la mujer del doctor Karl Bisa.
“Su sufrimiento y sacrificio son siembra celestial segun el deseo de Dios„ reza la esquela de la fallecida. Y sigue: “Qué Dios quiera aceptar graciosamente a la victima de su sufrimiento„. Esto es lo que piden los afligidos familiares de la finada, empezando por su viudo. De la nota no se desprende para nada la causa de la muerte de esta mujer que sólo tenia cuarenta y seis añios.
Si se cambia la expresión “deseo de Dios„, por “accidente de trabajo en un encargo para el Ministerio de Defensa Alemán„, se explica de qué ha sido victima, en realidad, Helena Bisa. La “siembra celestial„ no iba destinada a ella, sino a algun adversario en una guerra futura. El matrimonio Bisa trabajaba en el Instituto para Aero-biologia en el pequeño e idilico pueblo de Grafschaft. El Doctor Bisa, de profesión médico y bacteriólogo, era director del Instituto y su mujer trabajaba alli como bióloga hasta el dia del trágico accidente.
En aquel tiempo, este centro de investigación estaba vigilado dia y noche por soldados del ejército alemán, fuertemente armados. Alambradas de pua en doble fila e instalaciones de alarma electrónicas protegian el complejo de la posible entrada de intrusos. Si alguien, a pesar de esto, lograba acercarse demasiado, se encendian focos automáticos. Los trabajos alli (S. 82) realizados eran tan altamente secretos que incluso estaba prohibido hablar de ellos por telefono. Junto a cada aparato telefónico se encontraba un cartel con la frase: “Cuidado, el enemigo te escucha„.
El instituto se habia fundado en 1959 a instancias del Ministerio de Defensa Alemán. Estaba destinado a investigaciones en el área de las armas bacteriológicas y quimicas.
Entre otras cosas, se estaba investigando la rapidez con la que los nuevos gases quimicos, a base de organofosforados, podian penetrar en la piel.“
El accidente de Grafschaft se produjo por una botella de vidrio que contenia el gas de guerra Soman.
La Sra. Bisa coge el recipiente y lo coloca en su archivador blindado. Cuando se da cuenta de que la botella de vidrio tiene un defecto ya es demasiado tarde. Se le ha caido encima una gotita de este gas neuro-tóxico. Poco después, nota los primeros sintomas tipicos de una intoxicación por organofosforados. De repente suf:e calambres; dolores de cabeza, dificultades respiratorias, mtarro, exceso de saliva y se siente mareada. Además padee de incontinencia de esfinteres y durante unos dias esta casi ciega. La Ilevan al hospital de urgencias. Parece que el trataiento tiene éxito; después de unos dias su vision vuelve al estado normal y también remiten los otros sintomas. Parece cue Helena Bisa ha sufrido una ligera intoxicación de gases qrimicos; de momento su vida no esta en peligro.
Los médicos están saguros de que en unas pocas semanas estará completamente restablecida. En la literatura especializada se puede leer que intoxicaciones ligeras por armas quimicas pueden ser superades sin daños permanentes.
Pero la mejora del estado de salud de la senora Bisa es pasajera. Muy pronto e manifiestan otros sintomas, parecidos a los de los enfermos del Sindrome Tóxico. Sus pies y sus manos se deforman y ufre parálisis. Apenas puede hablar, el pulmón y el sistema nervioso han sufrido serios daños, como también el higado y otos órganos vitales. Su estado empeora de dia en dia. (S. 83)
Durante siete largos años, busca ayuda y una posible cura en los hospitales y sanatorios mas diversos. No hay nadie que pueda ayudarla. En el verano de 1968, la Sra. Bisa es deshauciada en un Hospital e ingresa en la Clinica privada de su marido. Alb muere, totalmente paralizada, en los Ultimos dias de febrero de 1969. El dictamen realizado por su marido, experto en la materia, es rechazado tanto por los militares como por el seguro, calificándolo de „no-cientifico“.
El gas de combate Soman es, como casi todos los gases neuro-tóxicos, quimicamente muy similar a numerosos insecticidas. Además, gran número de estos productos, que pueden usarse tanto para fines civiles como militares, basados en los organofosforados, proceden del mismo Instituto de Investigación, en Wuppertal (Alemania).
Desde 1930 hasta su retiro en 1967, el Doctor Gerhard Schrader trabajó como quimico en el principal laboratorio cientifico de la Compañia Bayer que hasta 1946 formaba parte del conglomerado I.G. Farben. Schrader está considerado como el padre de este grupo de sustancias que pueden matar tanto a insectos como a personas. Ayudado por sus colaboradores, ha sintetizado para la empresa Bayer más de 2.000 compuestos quimicos. Entre otros, numerosos insecticidas como por ejemplo el E-605 (paratión), y los ha patentado en nombre de la empresa para la cual trabajaba, la Bayer AG.
En 1936 desarrolla un nuevo compuesto que se conoce después bajo el nombre de Tabún. Para camuflar esta sustancia, se experimenta como pesticida. Pero el estrecho circulo de investigadores y colaboradores sabe perfectamente qué tipo de plagas pueden ser combatidas con este veneno. El Tabún es diez veces más tóxico que la substancia quimica más fuerte que se había empleado en la primera guerra mundial. El doctor Schrader informa al Ejército Alemán de su nuevo invento y éste se inscribe bajo patente secreta con el número (DRP767511) y se le da el nombre supuesto de „Trilon 83“.
Este veneno se experimenta con prisioneros de campos de concentración.12. ‘3 Gente que esta condenada a trabajos for- (S. 84) Gran parte de los que sobreviven sufren, como Helena Bisa, no solamente intoxicaciones agudas, sino tambien secuelas tardias. El Instituto Sueco de Investigaciones para la Paz, SIPRI, ha estudiado las razones de estas lesiones tardias. De ahi se desprende que no solamente los gases de guerra quimicos, sino también sus metabolitos, sus subproductos, sus productos de desintegración, como también sus impurezas, son altamente peligrosos y tóxicos15:
„Dependiendo de la producción y almacenamiento de estas armas quimicas, las victimas están expuestas a numerosos y diversos compuestos organofosforados. A parte del compuesto principal, contienen sustancias producidas por unas reacciones quimicas incompletas y por procesos de degradación, es decir, un verdadero “cocktail„ de organofosforados, quimica y toxicológicamente muy diferentes entre si“.
Muchas veces desarrolIan sus efectos con retraso. Como sintomas principales, los Investigadores por la Paz, han observado daños en el sistema nervioso central, en el higado, en el sistema hematopoyético de la sangre, parálisis total, impotencia y enfermedades de los ojos.16 Además describen efectos cancerigenos y teratogénicos, es decir que pueden producir malformaciones del feto y la posibilidad de daños a los cromosomas. Lesiones tardias en el sistema nervioso debido a intoxicaciones con „Tabún“ y „Sarin“ se han observado clinicamente en experimentos con animales.‚7
Los productos derivados y los metabolitos de diferentes armas quimicas del grupo de los organofosforados pueden ser bastante distintos entre si. De muchos compuestos y sustancias no se sabe ni su composición exacta. De esta forma explican los investigadores del SIPRI la considerable diferencia en los sintomas por intoxicaciones de diferentes armas quimicas a base de organofosforados.
Gracias al anhelo de investigación del descubridor del „Tabún“, ei doctor Schrader, existe hoy una larga lista de armas quimicas pertenecientes a este grupo: hacia el final de la Segunda Guerra Mundial sintetiza también el gas neurotóxico (S. 85) época, Schrader mantiene estrechos contactos con el profesor de quimica Richard Kuhn. Este desarrolla poco después un gas tóxico más pellgroso aún y muy estrechamente emparentado quimicamente con el Tabún y Sarin, el Somán,‘18 que más tarde resultaria ser fatal para la Sra. Bisa.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el Dr. Schrader no será condenado por sus inventos contra la humanidad. El ejército de los EEUU utiliza sus conocimientos en el campo de las guerras de exterminio, y fabrica, ahora en los EEUU, Tabún y Sarin para su propio uso. Varios periódicos anuncian que la empresa Bayer habria vendido sus patentes a empresas americanas.I9 La dirección alemana lo desmiente. El Dr. Schrader vuelve a casa y ocupa el cargo de jefe de departamento de los Laboratorios Cientificos para la Protección de las Plantas de la casa Bayer en Wuppertal-Elberfeld. Prosigue alli sus trabajos en el campo de los compuestos organofosforados.
Con la firma del tratado de la Unión Europea el 23 de octubre de 1954, el Gobierno de la República Federal Alemana renunció solemnemente a producir y almacenar armas quimicas, pero no a su investigación y desarrollo. En más de una ocasión ha podido leerse en alguna publicación que el Dr. Schrader no sólo desarrolla plaguicidas, sino que sigue trabajando con éxito en su campo anterior.20
El Departamento de Relaciones Públicas de la Bayer AG, Leverkusen, desmiente todas esas acusaciones. Amenazan con llevar a los tribunales a los periodistas, autores de estas „calumnias“, pero no ponen ningún pleito. Hay que preguntarse si los responsables de la multinacional tienen miedo a que una querella pueda demostrar a la opinión pública hechos que son innegables. Desde luego, existen indicios para que asi sea, dado que, efectivamente, existen pruebas que conectan a la empresa Bayer con el desarrollo de nuevas armas quimicas, también después de la Segunda Guerra Mundial.21 El 16 de junio de 1958, el Doctor Gerhard Schrader, conjuntamente con dos colegas cientificos, solicita en los EEUU para la Bayer AG una patente que es conseguida en 1961 con el número 3014943. (S. 86)
En la información ofrecida por los solicitantes, la patente dice asi: „para derivados organofosforados nuevos y más un procedimiento para su producción“. Estos productos, siempre según los investigadores, „matan de forma muy eficaz a insectos como moscas, ácaros y otros“. La patente es para una fórmula quimica global, anotada al final del documento, y que engloba numerosos compuestos quimicos de parecida estructura. En su patente escriben los investigadores de la Bayer sobre estos nuevos compuestos „lo más sorprendente es su baja toxicidad para los mamiferos“. A pesar de esta afirmación, ninguna de estas sustancias nuevas está autorizada como pesticida o insecticida. La razón es obvia: contrariamente a la afirmación de los quimicos de la Bayer, muchas de las sustancias quimicas que pueden producirse bajo esta patente pertenecen a los más peligrosos venenos que se conocen hasta hoy. Son gases neurotóxicos altamente peligrosos.
Entre 1961 y 1969 el gobierno de los EEUU ha producido unas 6000 Tm de uno de estos productos bajo la denominación VX. Oficialmente se los conoce bajo la denominación „US-Standard Agent“. En el documento CCD/365 del gobierno norteamericano para la Conferencia Permanente de Desarme de Ginebra se publicó en 1972 por primera vez la fórmula de la estructura de esta VX„ que concuerda con la fórmula de la patente de la Bayer n° 3014943. Esto quiere decir, que la Bayer AG Leverkusen, ha registrado con esta patente la producción del VX. Esta patente también es válida para los otros gases neurotóxicos mencionados en el documento americano, como son el VE, VM, VS y 335N.
Las leyes de los EEUU garantizan a la empresa Bayer el recibo de tasas de licencias. Si la Bayer se hubiera negado a conceder la licencia para la producción de VX, el Pentágono, según las leyes americanas, hubiera podido producir los mismos productos por “interés nacional„. Entonces Bayer hubiera recibido unicamente unos honorarios iguales al coste de la patente.
En una “información para ejecutivos„ la cúpula de la empresa escribe sobre este tema particular:“ (S. 87) „El punto de partida para todas estas nuevas acusaciones es la patente americana número 3014943, concedido a la empresa Bayer en 1961 (s..) Esta patente americana engloba una multitud de posibles sustancias de la llamada clase de los amitonos, de los cuales una pequeña parte tiene unos efectos altamente tóxicos. Dentro de esta patente de la Bayer existe una coincidencia con fórmulas de algunas armas quimicas americanas, como puede verse también en los papeles de desarme de las NNUU (Naciones Unidas) de 1972. En efecto, según las leyes nacionales, el gobierno de los EEUU puede hacer uso de todas las patentes para sus propios fines sin tener la obligación de avisar al propietario de dicha patente.
La utilización de esta patente por parte de Bayer no se ha producido. Tampoco la Bayer ha sacado provecho de ninguna clase por esta patente: no ha otorgado ninguna licencia ni recibido royalties (…). Además, la empresa Bayer no mantiene ninguna relación con estamentos militares de este pais o de paises extranjeros, en lo que se refiere al tema de las armas quimicas (…)“
Estos productos causan también sintomas agudos y crónicos similares a los observados con „Tabún“,„Sarin“ y „Somán“:„defectos visuales, catarros, exceso de salivación, relajación de esfinteres, dificultades respiratorias, vómitos persistentes, calambres en los músculos, sudores, cianosis (color azulado de la piel debido a problemas respiratorios), tos sangrienta, contracción y endurecimiento de los músculos, atrofia. Dependiendo de la concentración y de la cantidad de los gases inhalados, la muerte puede producirse a los pocos minutos, o después de varios dias, por parálisis respiratoria.
Dado que estos sintomas son en parte idénticos a la sintomatologia de los enfermos del Sindrome Tóxico, la prensa española especulaba con la sospecha de que la epidemia podia haber sido provocada por armas quimicas, estacionadas en la base americana de Torrejón.“ Por varios razones pensamos que esto es bastante improbable:
1) Un accidente con armas quimicas en la base americana (S. 88) hubiera causado un número de intoxicados mucho más alto en las proximidades de la base.
2) Mientras la sintomatología crónica es muy similar, los sintomas de una intoxicación aguda por armas quimicas son diferentes: por ejemplo una dosis minima de V X u otros tóxicos del grupo V, provocan siempre una ceguera que puede durar unos dias o varias semanas.26
3) Hicimos examinar los documentos del ministerio de Obras Públicas en EEUU. El resultado: oficialmente no existe en la base de Torrejón instalación alguna normalmente designada para el almacenamiento de armas quimicas. Alli falta en particular la torre de guardia especial y obligatoria de los almacenes con armas quimicas americanas, que fue desarrollada para este tipo de armamento, como puede verse, por ejemplo, en el depósito de armas quimicas de Fischbach en la República Federal Alemana.
Esto no significa necesariamente.que no haya armas bacteriológicas o quimicas en toda España o incluso en Torrejón. Las enfermedades producidas durante las maniobras militares del verano de 1983 en San Gregorio, en las proximidades de Zaragoza, que costaron la vida a tres oficiales y afectaron a numerosos soldados, son, solamente en algunos puntos, diferentes del Sindrome Tóxico, según las informaciones que hemos podido obtener.
En este caso es bastante probable que la causa fueran armas quimicas o biológicas. (S. 89)
VII LA PISTA CONDUCE A LEVERKUSEN
Según las informaciones de los departamentos de relaciones públicas de las empresas quimicas es absolutamente imposible, que plaguicidas organofosforados pudieran ser la causa de intoxicaciones en masa como la que vimos en España. Según ellos, una de las caracteristicas fundamentales de estos pesticidas es su degeneración o descomposición biológica al cabo de unos pocos dias o semanas. Al contrario que sus antecesores, los organoclorados -extraordinariamente duraderos, como por ejemplo el DDT que tarda diez años para degradarse totalmente de la naturaleza y del suelo-‚ los organofosforados se descomponen más rapidamente. Esta es la razón por la cual muchos estados industrializados han prohibido desde hace tiempo el DDT y otros insecticidas de este grupo, y los han sustituido por pesticidas organofosforados.
A pesar de ello, este grupo de sustancias que se desarrolló en la segunda mitad de los años 30, no es tan inocuo como lo pintan sus casas productoras. El número de personas que se han intoxicado en todo el mundo desde entonces con organofosforados, se cuenta por decenas de miles. El pesticida „Paratión“, un producto de la casa Bayer, desarrollado también por Schrader, más conocido por sus siglas E605, es tristemente célebre. Es unas dos veces más tóxico que el cianuro, y una cantidad tan pequeña como es menos de un gramo, es suficiente para matar a un adulto.
En los últimos años la peligrosidad de estos pesticidas y muy especialmente del „Paratión“, ha causado preocupación entre los armadores de barcos de todo el mundo. Un informe sobre ei transporte de pesticidas organofosforados del mes de (S: 90) diciembre de 1986 dice: „Algunos son extremadamente tóxicos y se encuentran entre las sustancias más letales que conoce el hombre. Por ejemplo: una dosis inhalada de 25 mgr. de “Paratión„ puede ser fatal. Estas sustancias no solamente son tóxicas cuando se inhalan, sino también cuando se ingieren y por contacto con la piel (…). El “Paratión„ se transporta generalmente en bidones de 45 galones (200 litros aproximadamente), y se ha calculado que el contenido de uno de estos bidones es suficiente para matar a unos 10 millones de personas“.2
La literatura cientifica especializada está llena de ejemplos de intoxicaciones con „Paratión“ y con otros pesticidas organofosforados. Asi, por ejemplo, sólo en el Japón, en 17 años, entre 1953 y 1969, se contabilizaron 19.436 hombres, mujeres y niños intoxicados, de los que murieron 9.460.3 En Finlandia 286 personas murieron entre 1952 y 1957.4 Entre 1957 a 1962 en Dinamarca se contabilizaron 273,muertos.5 En California, EEUU, hubo en solamente 4 años, 950 casos de intoxicaciones, de ellos 789 eran trabajadores del campo, otros 91 trabajaban en la industria quimica.6 Y siempre se describen los mismos sintomas: enfermedades del pulmón, tos, a veces con espectoración, dificultades respiratorias, cansancio y dolores de cabeza.7,8 También se sabe de intoxicaciones masivas debido a un indice demasiado alto de residuos de pesticidas en productos alimentarios, en paises como India, Japón, México y muchos otros.9 Determinados pesticidas organofosforados pueden producir intoxicaciones agudas varias semanas después de haberse tratado las plantaciones de frutas y verduras con ellos. En Riverside, EE.UU., se observaron intoxicaciones agudas por „Paratión“ en los trabajadores que habian recogido naranjas, aunque el naranjo habia sido tratado dos semanas y media antes de la cosecha. Otros trabajadores de plantaciones de frutas sufrieron intoxicaciones agudas después de un mes de haber trabajado con los insecticidas.‘°
Debido a su parentesco quimico con las armas quimicas, los pesticidas a base de organofosforados producen también (S. 91) dalios análogos. La OMS divide los sintomas de la intoxicación aguda en tres grupos
1) Efectos muscarínicos: un aumento de la secreción bronquial, fuerte sudoración y salivación, contracciones musculares, náuseas, vómitos, diarreas, lagrimeo y disminución del ritmo cardíaco.
2) Efectos nicotínicos: se describen aumentos vertiginosos del ritmo cardíaco con tembiores y convulsiones (contracciones musculares involuntarias).
3) Efectos sobre el sistema nervioso central: se manifiestan dolores de cabeza, estupor, agitación psíquica, angustia, incapacidad de concentración, trastornos mentales, convulsiones, y afectaciones del centro respiratorio.12
Pero no todas las intoxicaciones se manifiestan de la misma forma. Algunos síntomas son más pronunciados que otros. Esto depende de la gravedad de la intoxicación, y también de la composición química del plaguicida. Además, una misma sustancia puede tener efectos diferentes, ya que la actuación del veneno es distinta si es inhalado o entra en el organismo por via digestiva, es decir ingerido con algún alimento.
Esta debe ser la causa por la cual muchos médicos dictaminan diagnósticos erróneos cuando se trata en realidad de intoxicaciones por pesticidas. Así le ocurrió, por ejemplo, a Ester Vigder, asistente de laboratorio en la pequeña ciudad de 20.000 habitantes de Afula, Israel. Su largo sufrimiento está minuciosamente documentado.13 La Sra. Vigder había decidido adelgazar, y por eso cambió su dieta totalmente, comiendo sólo frutas y verduras frescas. Efectivamente, empezó a adelgazar de forma continuada, pero al mismo tiempo enfermó. Ester Vigder sufrió náuseas, vómitos y diarreas; estaba temblorosa y por la noche no podia dormir.
Su médico de cabecera le hizo varios analisis de sangre. Todas las pruebas eran normales. Le recetó tranquilizantes y medicamentos para dormir. Pero su estado general se deterioró, y la Sra. Vigder fue ingresada en una clinica psiquiátrica. El psicoterapeuta tampoco pudo ayudarla: cada día estaba peor. Finalmente, al cabo de un añm, ingresó en el Hospital (S. 92) Central Emek de Afula. En este centro los médicos tampoco lograron encontrar nada que pudiera relacionarse con cualquier enfermedad conocida por ellos. Hasta que un día el Doctor Ratner se enteró por casualidad de los hábitos alimenticios de la Sra. Vigder, y decidió ponerla a un régimen alimenticio sin frutas ni verduras. En pocas semanas los síntomas desaparecieron, y la Sra. Vigder se curó totalmente. Los causantes de la enfermedad resultaron ser residuos de pesticidas a base de organofosforados. Entretanto el Doctor Ratner ha tratado a otros 25 pacientes que sufrieron de la misma enfermedad que la Sra. Vigder. También ellos habían sido mal diagnosticados por los colegas del Doctor Ratner por desconocimiento casi general de los multiples efectos que pueden producir estos pesticidas en el organismo humano.14
El doctor Frontela se acuerda de publicaciones similares cuando compara la historia clinica de la abogada fallecida, Concepción Navarro, con el desarrollo de la enfermedad en otras 98 victimas del Síndrome Tóxico. Recuerda también ei caso del bebé de dos meses. Esta niña murió el 16 de junio de 1981 en el Hospital Infantil de la Paz de Madrid de las secuelas del Síndrome Tóxico. Su madre padecia la misma enfermedad, y, dado que el bebé no había tomado otra cosa que la leche materna, se analizó ésta. Contenía residuos de pesticidas organofosforados. Este hecho se ocultó a la opinión pública.15 En su informe el Doctor Frontela escribe:
„Los síntomas de la denominada “neumonía tóxica„ y los hallazgos en las autopsias de los fallecidos por el Síndrome Tóxico (…) pueden agruparse en tres grandes apartados (…) superponibles a los que se producirían por las siguientes causas:
– intoxicación por sustancias que inhiben la colinesterasa y/u ocasionan efectos de neurotoxicidad retardada, sin antecedentes de intoxicación aguda aparente (…) tales como insecticidas organofosforados, Fenamifos (Nemacur) o sustancias similares (…)“
La mención de este nombre y de este producto concreto no es ní mucho menos una especulación. Algunas de las muestras (S. 93) analizadas por Frontela contenian rastros de Fenamifos, la sustancia activa del pesticida Nemacur. Productor: Bayer Leverkusen. Frontela prosigue:
„Es importante señalar que las investigaciones por nosotros realizadas en lotes de ratas, a las que intoxicamos con diversas sustancias, de las que creemos han podido ocasionar el “Síndrome Tóxico„, muestran que las series de ratas intoxicadas directamente con Nemacur y con pimientos que maduraron en plantas cultivadas en tierra que había sido tratada con Nemacur dos semanas antes de la recolección, tienen similares lesiones microscópicas que las que se observan en los fallecidos por el denominado síndrome o neumonía tóxica, investigaciones que concuerdan con las del Doctor Muro (…).
Estas investigaciones se complementarán en el transcurso de los próximos meses con la observación de la patología que sucede en períodos más largos de supervivencia“.16
El Doctor Frontela no sospecha que este experimento no se va a poder llevar a cabo. Parece que el profesor ha escrito algo que le va a proporcionar todavía muchos disgustos. Con la mención del nombre „Nemacur“ apuntó directamente al productor de pesticidas más grande del mundo. El Doctor Muro nunca había insinuado tan directamente ni el nombre de la empresa que produce este producto, ni el producto en sí. Pero a pesar de esto, había dado muchas pistas para los entendidos. En una entrevista con el periódico madrileño „Diario 16“ , declaró a propósito del producto del que sospechaba:
„Es un producto descubierto en 1968, fabricado por primera vez en 1969 (…) Yo tengo bibliografía suficiente para decir que esto tenía que pasar, y ha pasado al menos antes en otro país. Se sabe que algo ocurría con su aplicación en las plantas solanáceas en las que la metabolización del pesticida produce unos metabolitos que son 49 veces más potentes en cuanto al efecto inhibidor de la colinesterasa, lo cual explica muchos de los síntomas vistos“.
Pero no todos los síntomas, por lo que el Doctor Muro mantiene la sospecha de que otros pesticidas tienen que ver (S. 94) analizadas por Frontela contenian rastros de Fenamifos, la sustancia activa del pesticida Nemacur. Productor: Bayer Leverkusen. Frontela prosigue:
„Es importante señalar que las investigaciones por nosotros realizadas en lotes de ratas, a las que intoxicamos con diversas sustancias, de las que creemos han podido ocasionar el “Síndrome Tóxico„, muestran que las series de ratas intoxicadas directamente con Nemacur y con pimientos que maduraron en plantas cultivadas en tierra que había sido tratada con Nemacur dos semanas antes de la recolección, tienen similares lesiones microscópicas que las que se observan en los fallecidos por el denominado síndrome o neumonía tóxica, investigaciones que concuerdan con las del Doctor Muro (…).
Estas investigaciones se complementarán en el transcurso de los próximos meses con la observación de la patología que sucede en períodos más largos de supervivencia“.16
El Doctor Frontela no sospecha que este experimento no se va a poder llevar a cabo. Parece que el profesor ha escrito algo que le va a proporcionar todavía muchos disgustos. Con la mención del nombre „Nemacur“ apuntó directamente al productor de pesticidas más grande del mundo. El Doctor Muro nunca había insinuado tan directamente ni el nombre de la empresa que produce este producto, ni el producto en sí. Pero a pesar de esto, había dado muchas pistas para los entendidos. En una entrevista con el periódico madrileño „Diario 16“ , declaró a propósito del producto del que sospechaba:
„Es un producto descubierto en 1968, fabricado por primera vez en 1969 (…) Yo tengo bibliografía suficiente para decir que esto tenía que pasar, y ha pasado al menos antes en otro país. Se sabe que algo ocurría con su aplicación en las plantas solanáceas en las que la metabolización del pesticida produce unos metabolitos que son 49 veces más potentes en cuanto al efecto inhibidor de la colinesterasa, lo cual explica muchos de los síntomas vistos“.
Pero no todos los síntomas, por lo que el Doctor Muro mantiene la sospecha de que otros pesticidas tienen que ver (S. 95) : Pero a pesar de su extensión, 10 paginas más 33 de anexos, no lo demuestra en modoalguno. Guiado por este afán de „bianquear“ sus plaguicidas, el departamento de prensa de la multinacional escribe erróneamente:
„La afirmación de que la causa del “sindrome del aceite tóxico„ en Esparña hayan sido residuos de Nemacur en tomates es falsa, debido a:
1. Tanto los resultados de las investigaciones de la OMS, como los de las comisiones de investigación del gobierno español y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, han demostrado contundentemente, que el aceite de colza adulterado de manera fraudulenta era la causa de la enfermedad“.2
Bayer actua de forma precipitada. Hasta el dia de hoy nadie ha dicho exactamente esto. Ya que, aunque la OMS afirma que existe una estrecha asociación entre la ingestión de aceite adulterado y la enfermedad, esto no es, ni muchisimo menos, una „prueba contundente“.
Seguidamente, en la explicación de la empresa Bayer, se puede leer:
2. „(…) Al igual que con otros productos organofosforados, basta con una afectación minima de Nemacur para producir una inhibición demostrable de la colinesterasa (enzimas que regulan la función nerviosa) de la sangre y de los tejidos. En todos los pacientes hospitalizados por el Sindrome Tóxico se examinó sistemáticamente esta inhibición de colinesterasa. En ningun caso se detectó (…)“.
Aunque la empresa Bayer intenta presentar su producto como inocuo, esta es una afirmación obviamente falsa. Un cientifico de Cambridge, EE.UU., describe accidentes mortales con los nematicidas „Nemacur“ y „Mocap“ (producidos, entre otros, por la multinacional Rhône-Poulenc) en trabajadores de plantaciones plataneras en Panamá.19
En lo que se refiere a la inhibición de la colinesterasa, Bayer repite aqui las informaciones de la OMS. El Doctor Tabuenca, descubridor oficial de la hipótesis del aceite, confirma por escrito que estas determinaciones de la colinesterasa (S. 96) no se empiezan a hacer hasta el 21 de mayo. Esto quiere decir, varias semanas demasiado tarde. Para la gran mayoria de los enfermos, que se intoxicaron a principios de mayo, no tuvieron, pues, valor alguno. Para poder determinar con toda seguridad una inhibición de la colinesterasa, que es el signo más caracteristico de una intoxicación por organofosforados, hay que hacer este análisis en los primeros dias de la enfermedad, y mucho mejor aun, en las primeras 48 horas después de la aparición de los primeros sintomas.
En una publicación de la empresa Bayer puede leerse que en experimentos con Nemacur en animales no se ha podido apreciar ninguna inhibición de la colinesterasa después de haber transcurrido tan sólo tres dias.„
En el Hospital “1 ero de Octubre„ (Madrid), que trató a más de 600 pacientes del Sindrome Tóxico, no se hizo nunca una determinación de la colinesterasa, como puede leerse en una carta del Servicio de Bioquimica de este hospital. El Doctor Alberto Martinez escribió al juez instructor para el Sindrome Tóxico: “Este laboratorio no ha realizado ninguna prueba de colinesterasa, entre otras razones por no disponer de los medios necesarios para ello„.211
Por otro lado, en el Hospital Fundación Jiménez Diaz, también en Madrid y cientificamente muy bien considerado, no faltaban estos aparatos. El Doctor Enrique de la Morena, jefe del Departamento de Bioquimica Experimental, si hizo estas determinaciones de importancia capital. Los resultados confirman la inhibición de la colinesterasa. De la Morena formaba parte de la Comisión para la Investigación del Sindrome Tóxico y dice haber entregado alli este estudio. Segun él, este estudio ha desaparecido, y declara no haber hecho ninguna copia para si mismo.
En las etiquetas españolas de los envases comerciales de Nemacur de 1981, no constaba que el Nemacur fuese un producto organofosforado. En la fórmula faltaba simplemente el fósforo, la sustancia más tóxica, al igual que tampoco consta el fósforo en la descripción del producto. Además, tampoco existe ninguna indicación referente a en qué plantas y de qué (S. 97) manera puede emplearse. Solamente se mencionan expresamente plantaciones plataneras. En el apartado “Plazo de Seguridad„ puede leerse: “2 meses en platanera, como minimo, y 3 meses para los demás cultivos destinados a la alimentación„.“
A pesar de esto, el Doctor de la Morena recuerda todavia hoy, que todas las enzimas que investigó demostraban alteraciones. El Doctor de la Morena dice: „Me llamó la atención que los eosinófilos, un tipo especial de glóbulo blanco sanguineo, estaban muy aumentados en los pacientes y contenian unas enzimas que mostraban un intercambio de oxigeno muy rapido. Estas enzimas se desplazaban posteriormente por el sistema linfático al pulmón, formando alli focos inflamatorios y edemas que en las radiografias se podian confundir fácilmente con una “neumonia atipica„. Estas enzimas desarrollaban su labor devastadora en todo el cuerpo, y como primer órgano causaban dificultades en la función del higado, luego atacaban a los riñones y a los musculos. Asi causaban las convulsiones y calambres en los musculos y la parálisis de los musculos del pulmón, causando en algunos pacientes la muerte por esta parálisis. Estos descubrimientos, conjuntamente con los datos clinicos, nos recordaban una intoxicación de unos trabajadores de la industria del calzado de hace unos años que trabajaban con pegamento que contenia un preparado organofosforado. Pero nadie queria respaldar ni subvencionar nuestras investigaciones en este campo“.23
No es la primera vez que nadie quiere escuchar las investigaciones del Doctor de la Morena. En enero de 1983 pide apoyo financiero al Plan Nacional del Sindrome Tóxico para un proyecto de investigación. Desea investigar el hecho de por qué tantos pacientes del Sindrome Tóxico mueren de cáncer. El proyecto es rechazado y el Plan Nacional del Sindrome Tóxico le denuncia al Colegio de Médicos de Madrid, acusándole de una conducta no ética. La Sra. Carmen Salanueva, máximo jefe del Plan Nacional del Sindrome Tóxico, y sus colaboradores próximos, consideran que no es etico que el doctor de la Morena explique a sus pacientes del Sindrome (S. 98) Tóxico que podrian tener un riesgo elevado de desarrollar algun cáncer. Pero el „ribunal de Deontologia del Colegio no comparte las ideas del Plan Nacional. No le retira al doctor de la Morena la licencia para ejercer como médico.
Una revista especializada alemana describió en 1986 una investigación sobre 1.214 trabajadores que por su profesión aplicaban plaguicidas. La incidencia de tumores malignos entre ellos estaba marcadamente más alta que en el resto de la problación.24 Afectaban en especial el esófago, el estómago y los ojos. La incidencia de estos tumores era un 35% más alta de lo esperado y la del cáncer de estómago un 567% superior a la del resto de la población. Otra revista publicó en 1983 un estudio sobre alteraciones patológicas del higado en 22 trabajadores del campo. Todas estas afectaciones fueron causadas por plaguicidas.“
Las investigaciones del doctor de la Morena confirman las afirmaciones de los doctores Muro y Frontela: „Todos los resultados de nuestras investigaciones encajaban muy bien con una intoxicación por organofosforados“.
La empresa Bayer es el fabricante de pesticidas más importante del mundo. No es, pues, de extrañar, que esta empresa, acusada directamente, no compartiera las ideas de estos médicos. En los laboratorios de la casa Bayer se han hecho numerosas investigaciones cientificas para averiguar los efectos tóxicos del Nemacur, pero no se puede acceder a todos. Conociamos los titulos y los autores de muchos de estos trabajos. Pedimos a la Bayer que nos enviara unas copias a través de su oficina de prensa. La oficina central de Leverkusen contestó que, sintiéndolo mucho, esto no seria ni posible ni oportuno, puesto que „estos trabajos están hechos POR EXPERTOS Y PARA EXPERTOS“ y estos se encuentran -como sabe todo el mundo- unicamente dentro de la empresa Bayer.„
La Doctora Dorothee Piermont, miembro del Partido de los Verdes en el Parlamento Europeo, ha tenido experiencias análogas con esta empresa.
No es muy probable que la razón de una actitud tan reservada sea un mero despiste. En otros aspectos relativos al (S. 100) Sindrome Tóxico, la empresa actuaba con verdadera premeditación. Ya en marzo de 1982, mucho tiempo antes de que nadie les haya acusado o haya sospechado publicamente de ellos, dos expertos de la empresa son enviados a Madrid. Un cometido: ayudar con su consejo y apoyo al gobierno español y a los institutos oficiales que se ocupaban de aclarar el origen del Sindrome Tóxico. En mayo del mismo año, el Doctor Guillermo Tena, Director del Instituto Nacional de Toxicologia, y el Doctor Emilio Muñoz del Consejo Superior de Investigaciones Cientificas, escriben que su conocimiento sobre el Nemacur está basado en: “un estudio bibliográfico (examen de los documentos presentados por Bayer) e información especifica, suministrada por los toxicólogos de la Bayer, doctores Herwig Hupke y Ludwig Machemer„.“
Con gran ingenuidad, los dos cientificos españoles prosiguen: „Los toxicólogos consultados aseveran que la casa Bayer sólo comercializa aquellos plaguicidas organofosforados, que como el Nemacur, no producen neuropatia retardada en este tipo de ensayo“. Es esta una afirmación que contradice totalmente los resultados de numerosas publicaciones cientificas.
Hace mucho tiempo que se sabe que los productos organofosforados pueden causar daños irreparables del sistema nervioso. Hasta el año) 1976, se conocen más de 40.000 casos documentados. La mayoria de las intoxicaciones descritas en la literatura no fueron causadas por plaguicidas, sino por triarilfosfatos, productos asimismo organofosforados usados como ablandadores en liquidos hidráulicos y plásticos.28 Pero otras intoxicaciones se deben, claramente, a plaguicidas. En 1951, por ejemplo, dos trabajadores ingleses estuvieron expuestos durante un accidente a altas concentraciones del insecticida „Mipafox“ de la comparñia británica Fisons Pest Control Limited. En seguida desarrollaron los sintomas caracteristicos de este tipo de intoxicación, los sintomas que son causados por la inhibición de la colinesterasa. Después de unas semanas, los dos trabajadores parecian completamente curados. Pero, de repente, sufrieron parálisis que no podia curarse (S. 101).29 Este insecticida fue retirado inmediatamente del mercado. Desgraciadamente no puede decirse lo mismo de otros plaguicidas que producen daños retardados y, en ocasiones, irreversibles. Examinando la literatura cientifica, se aprecia que la lista es larga. El pesticida organofosforado de la casa Bayer „Oftanol“, por ejemplo, causa neuropatia retardada en embriones de pollo.30
Pero también se observaron los mismos efectos en animales adultos. Los pollos tratados con Oftanol desarrollaron igualmente una neuropatia retardada. Poco tiempo después morian. Tratamientos repetidos con los pesticidas organofosforados Clorpirifos (Dow Chemical), Diclorvos (BASF, Bayer, Ciba-Geigy y otros), Terbufos y Dimetoato (comercializado, entre otros, por Bayer y BASF) causaron un debilitamiento progresivo, y la muerte después de periodos de diferente duración. Con estas sustancias, los sintomas tipicos de una afectación neurotóxica no estaban especialmente definidos. Gallinas tratadas con Oftanol tenian dificultades para andar. En este mismo trabajo se relata que Oftanol y Fentión, otro pesticida de la Bayer, causan una pérdida drástica de peso en gallinas aunque hayan ingerido unas dosis muy bajas de la sustancia activa.31 Muchos enfermos del Sindrome Tóxico también perdian tanto peso que casi „se quedaban en los huesos“.
Asimismo, ei DEF, un defoliante a base de organofosforados, también de la empresa Bayer, y otros preparados de composición similar, producen, al ser experimentados en animales, una neurotoxicidad retardada e irreversible.32
En 1985, en una publicación especializada española, aparece un articulo sobre enfermedades neurológicas que afectan a 24 pacientes que habian sufrido intoxicaciones por organofosforados.
De ellos, 6 murieron. Los 18 supervivientes sufrieron da-nos clinicos y neurológicos durante un promedio de 2,5 años. En la fase aguda la sintomatologia consistió en miosis (58%), convulsiones (4%), depresión del nivel de conciencia (46%), fasciculaciones (50%), paresias de extremidades (37%) y parálisis de musculos respiratorios(16%). (S. 102)
Se observó en 6 pacientes supervivientes una neuropatia sensitivo-motora (31,5%). La recuperacion fue total en un caso, se mostró una notable mejoría en dos y otros dos seguian Dimetoato, Ometoato (Bayer), Clorpirifos y Triclorfón (Bayer) causaron paresia de extremidades, es decir, de brazos y piernas, que en algunos casos se manifestó tardiamente y duró mucho tiempo.„
La OMS describe muchas otras observaciones sobre manifestaciones de neurotoxicidad tardia en seres humanos para los cuales “existen pruebas razonables de que hayan sido causadas por insecticidas„.34
Los causantes son:
– Leptofos; como minimo enfermaron en los años 70, ocho personas.
– Tamarón; un producto de Bayer que se utiliza, entre otras cosas, contra el pulgón. Se describen nueve casos.
– Triclornat; producto de la Bayer utilizado, entre otros, contra los gusanos del suelo. Se describen dos casos.
– Triclorfón; se vende bajo el nombre de “Dipterex„, de Bayer, contra pulgones y otras plagas. Según informes de la OMS, “se describen muchos casos en la literatura cientifica„.
EPN; un producto de DuPont que no está permitido en la Republica Federal Alemana, se utiliza contra pulgones, langostas y otras plagas del suelo.
– Clorpirifos; con varios casos de intoxicación.
EPN y Leptofos causaron enfermedades en trabajadores que estaban empleados en la producción de estos plaguicidas. Antes de que se manifestaran las lesiones neurotóxicas tardias, sólo se observaron sintomas ligeros de intoxicación no grave por organofosforados. También en estos casos, un diagnóstico falso hubiera sido muy posible si el medico que los trataba no hubiera relacionado la enfermedad con los productos nocivos con los que estaban en contacto por su trabajo.
Ademas los pesticidas pueden causar otros sintomas como los sufridos por los pacientes del Sindrome Tóxico.
Paratión y Fenitrotion (Bayer), Malatión (Montedison, Rhône-Poulenc y otros) y Fosalone (Rhone-Poulenc), han dañado (S. 103) el higado de los animales con los que se ha experimentado.“. 36 EI Paratión fausó enfermedades del corazón, del cerebro y de los pulmones como también osteoporosis en ovejas.„ El Dipterex provocó en las ratas alteraciones del higado y de las suprarrenales, asi como un aumento del peso del bazo en un 289o.“ El Dimetoato no sólo daña al higado sino que también ataca al sistema hematopoyético.39
La exposición crónica al Paratión ha causado en el hombre alteraciones sanguineas y del sistema metabólico del higado. La inhibición de la colinesterasa no es paralela al cuadro clinico. Aunque no pueda detectarse, pueden seguir habiendo sintomas de intoxicación.40
Los pesticidas pueden actuar también de forma mutagénica, es decir, alterando el ADN, la disposición hereditaria de los cromosomas, pudiendo nacer los niños con malformaciones. En la India, cerca de dos pequeñas ciudades, se detectaron importantes deformaciones en las articulaciones de las rodillas y de las caderas tanto en los hombres como en las mujeres. Los causantes fueron los pesticidas organoclorados Endrin (Serva, Shell), prohibido en la Republica Federal Alemana y Paratión de Bayer.41 En personas que habian sufrido una intoxicación aguda de organofosforados, se observaron seis meses más tarde daños inequivocos en los cromosomas.42 Otros trabajos cientificos muestran que multiples pesticidas organofosforados pueden causar mutaciones.43,44
En veinte de los treinta y seis insecticidas que se examinaron, se observaron en ensayos con huevos de gallina efectos teratógenos (daños en los embriones).45 En experimentos con ratas, los fetos de éstas sufrieron malformaciones.46
Una serie de pesticidas de este grupo puede causar también cáncer, como se ha observado en experimentos con Dimetoato sobre ratas.47 El Triclorfón causa tumores malignos en el estómago, en las glándulas del estómago, en los pulmones, en las glándulas mamarias de las mujeres, en los ovarios y en el higado.48
Otros sintomas como mareo, angustia, inquietud, inseguridad, insomnio, imposibilidad de concentrarse, tembIores y (S. 104) depresiones, observados en los pacientes del Sindrome Tóxico, pueden explicarse por intoxicaciones con organofosforados.49
Los plaguicidas a base de organofosforados son compuestos extremadamente tóxicos. El gráfico siguiente compara la cantidad de la sustancia (para un kilo de peso corporal) que es suficiente para matar a la mitad de los animales en experimentación (Dosis Letal 50-DL50) con el producto en cuestión si se absorbe por via digestiva
Segun este gráfico, la toxicidad del Paratión es aproximadamente el doble que la del gas neurotóxico Tabun, y la del Nemacur la mitad. Pero si se inhala el Tabun, es letal en unas dosis mucho menores aun.
Si se aplican varios plaguicidas al mismo tiempo, o en un espacio de tiempo muy corto uno después de otro, sobre ei mismo campo, su toxicidad no es una simple adición sino que se potencia por lo que la mezcla puede ser varias veces más tóxica que la toxicidad de cada uno de los pesticidas por separado. Las mezclas de malatión y clortión son 3,3 veces más tóxicas y las mezclas de malatión y DDVP (Diclorvos) llegan a ser hasta 6,2 veces más tóxicas que sus componentes iniciales.“
Pero no solamente los plaguicidas son tóxicos. Una vez absorbidos por una planta, un animal o por el hombre, empieza su descomposición biológica. Esta, de ninguna manera, acaba siempre en productos finales inocuos. Por lo general, se forman los Ilamados metabolitos, sustancias derivadas del plaguieida (S. 105), que se desarrolian en el organismo. Y estos pueden ser muchas veces más tóxicos que los productos iniciales.