17 Feb. 2006, EUROPA PRESS
Bayer, Syngenta – Un informe denuncia que las multinacionales extraen recursos biológicos de África sin devolver los beneficios
Decenas de multinacionales biotecnológicas y farmacéuticas occidentales se están haciendo ilegalmente con recursos biológicos de África para desarrollar en sus laboratorios productos muy lucrativos cuyos beneficios no revierten en sus países de origen, violando con ello la Convención sobre Biodiversidad de la ONU, según denuncia un informe conjunto estadounidense y sudafricano publicado hoy por el diario londinense ‚The Independent‘.
El informe revela que las multinacionales rastrean todo el continente africano en busca de muestras, tanto de plantas como de bacterias, que posteriormente procesan en sus propios laboratorios. Con esas muestras, las empresas desarrollan productos patentados particularmente lucrativos, ya sean plantas para los jardines de Europa, remedios naturales contra la impotencia o incluso productos que sirven para decolorar pantalones vaqueros de diseño.
La Convención Internacional sobre Biodiversidad, aprobada en 1992, establece que los Estados tienen plena soberanía sobre sus propios recursos naturales y aboga por el aprovechamiento justo y ecuánime de los beneficios procedentes del desarrollo de los recursos genéricos, según recordó al diario londinense un alto miembro del secretariado de la Convención (con sede en Canadá), Arthur Nogueira.
En algunos casos, citados por el informe, las propias compañías han aceptado que sus productos proceden de recursos naturales africanos, pero lo han justificado con el argumento de que los beneficios deben recaer en quienes los desarrollan biotecnológicamente y no en los países de origen de la materia prima. Por ello, según el informe, no hay indicios de que las empresas hayan compensado económicamente a los países de los que proceden.
„Es una nueva forma de pillaje colonial“, declaró Beth Burrows, del instituto estadounidense Edmonds, una de las organizaciones autoras del informe. „El problema es que vivimos en un mundo en el que las empresas suelen apropiarse de lo que quieren y donde quieren, y nos transmiten la idea de que lo hacen por el bien de humanidad“, añadió.
„Es una total falta de consideración y de respeto hacia los recursos de África. Nuestros descubrimientos son sólo el producto de un mes de investigación, imagine qué hubiéramos descubierto en dos años“, afirmó Mariam Mayet, del Centro Africano de Biodiversidad, la organización sudafricana coautora del estudio.
COMPAÑÍAS CITADAS
Entre las compañías citadas en el informe figuran la firma británica SR Pharma, que se hizo con la patente de una bacteria recogida en Uganda durante los años setenta y que se utiliza para desarrollar un tratamiento contra enfermedades virales crónicas, incluido el sida. El director de SR Pharma, Melvyn Davies, confirmó a los autores del informe que la empresa en ningún momento ha ofrecido el producto o ni siquiera compensaciones financieras a Uganda.
„Si usted se encuentra una sustancia natural en la calle, ¿debemos suponer que pertenece al país en el que la encontró?“, declaró. „La cuestión no es dónde aparece el producto, sino el trabajo que se ha invertido para desarrollarlo. ¿Debe llevarse Uganda los beneficios que ha generado si no ha invertido en su desarrollo?“, añadió.
Otra compañía mencionada en el informe es Bayer, que consiguió un tipo de bacteria en el Lago Ruiru de Kenia con la que ha desarrollado un fármaco contra la bacteria, patentado como ‚Precose‘ o ‚Glucobay‘. El producto ha generado 218 millones de euros, pero Kenia no ha recibido nada en compensación. Una portavoz de Bayer, Christina Sehnert, ha confirmado que el producto procede de una bacteria keniana, pero añadió que „no se está utilizando el original, lo que se ha patentado es el producto biotecnológico“.
La californiana Genencor International también ha utilizado microbios procedentes desde 1992 de Kenia, concretamente del Valle del Rift, para desarrollar enzimas que se utilizan como decolorantes para pantalones vaqueros.
Otro caso citado en el informe es el de la compañía canadiense Option Biotech, que ha patentado semillas procedentes de Congo –‚Aframomum stipulatum‘– para el desarrollo del medicamento contra la impotencia Bioviagra.
El estudio incluye también el caso de la planta ‚Impatiens usambarensis‘, recogida en los montes Usambara de Tanzania y de cuya patente se ha apropiado la suiza Sygenta para la producción de una planta de jardín. En 2004, Syngenta obtuvo 85 millones de euros por su venta, pero el Gobierno de Tanzania no ha obtenido ningún beneficio de ello.
Kenia intenta cobrar a la compañía Genencor y Bayer por patentes basadas en su biodiversidad
17 Mar, Noticias 24 horas
„Estamos discutiendo con representantes de la compañía Genencor y de momento no hemos ido a juicio“, dijo Richard Bagine, director de Investigación y Biodiversidad del Servicio de Conservación Keniano (KWS en inglés), organismo dependiente del Gobierno a cargo de todo lo relacionado con la naturaleza.„Genencor ha admitido el acceso a esos organismos y ahora hay que ver cómo negociamos“, añadió Bagine, quien declinó estimar a cuánto podría ascender una eventual compensación. En el centro de la discusión se sitúa un microbio descubierto a principios de los años noventa en el lago keniano de Nakuru o lo que la prensa keniana denomina „extremofilos“, organismos capaces de sobrevivir en condiciones extremas y en ecosistemas muy ácidos.Al parecer, los vaqueros lavados a la piedra que visten estrellas de rock y adolescentes en todo el mundo deben mucho a las enzimas de ese microbio, pues ablandan los tejidos y „se comen“ el tono índigo de los „jeans“, dándoles un aspecto desteñido.Según un informe difundido el mes pasado por el instituto norteamericano Edmonds y el Centro Africano para la Bioseguridad, el uso de microbio, así como de otro cuyas enzimas son útiles a la hora de limpiar manchas, está patentado por la multinacional Genencor Internacional, propiedad de la danesa Danisco y que tiene beneficios anuales de 34.000 millones de dólares.KWS alega que el equipo científico que recogió las muestras nunca pidió permiso, mientras Genencor afirma que la expedición obtuvo autorización del Consejo Nacional de la Ciencia y la Tecnología, según el diario local „Daily Nation“.La Convención sobre Diversidad Biológica, firmada en 1992 por más de 180 países, reconoce los derechos de las naciones a beneficiarse de la comercialización de sus recursos biológicos o de la utilización de recursos genéticos encontrados en su territorio. Genecor investigó a partir de las muestras y desarrolló enzimas industriales, las patentó y ha obtenido beneficios desde entonces por su venta a productores de detergentes y empresas textiles.GlucobayPero Kenia „no ha recibido hasta ahora ningún dinero“, precisó la portavoz del KWS, Amanda Koech. „Por el momento no tenemos ningún comentario que hacer“, dijo a Efe por teléfono Michael von Bulow, vicepresidente de Danisco, la empresa propietaria de Genencor. „Adquirimos la mitad de Genencor en 1999, la totalidad en 2005 y aún estamos mirando todos estos casos. Pero nuestro principio como empresa es seguir la ley y comportarnos como ciudadanos responsables“, señaló.Por su parte, Bagine admitió que „hay otros casos“ similares, pero consideró prematuro hablar sobre ellos. De hecho, otra de las empresas señaladas por el Instituto Edmonds es el gigante farmacéutico alemán Bayer, que según el informe desarrolló su medicamento Glucobay, para un tipo de diabetes, a partir de un microbio recogido en el pantano de Ruiru, en Kenia.„Los tiempos han cambiado, hay una Convención de Biodiversidad en vigor, tenemos que quitarnos esa mentalidad colonial de que cualquier cosa que encontremos en cualquier sitio es nuestra“, dijo Beth Burrows, directora del Instituto Edmonds. El informe deja claro que este caso no es el único en Africa: apunta a varias multinacionales biotecnológicas y farmacéuticas, que se están haciendo con recursos biológicos de Africa para desarrollar productos cuyos beneficios no revierten en sus países de origen.Los productos incluyen un anti-hongos desarrollado a partir de un hongo hallado en el estiércol de las jirafas de Namibia, remedios contra la impotencia basados en semillas de Congo-Brazaville o un blanqueador de piel logrado con una variedad de aloe de Sudáfrica.